El MPV, tal como su sigla lo indica, es un Movimiento de Profesionales por la Vida que se encolumna detrás de las ONGs Pro-vida y que se asienta en los siguientes principios:
1. La Vida Humana. Su dignidad y sus derechos.
La defensa de los derechos humanos fundamentales debe ser preocupación de todos los ciudadanos. El primero de ellos es precisamente el derecho a la vida, que debe ser protegida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.
Desde el MPV creemos firmemente que la vida es un don maravilloso que se nos ha concedido; es un bien fundamental y base de todos los demás bienes y de la persona; sencillamente, si no vivimos, todo lo demás no tiene caso.
Dignidad del hombre y Derechos Humanos se implican mutuamente, pues forman un todo indisoluble. Los Derechos Humanos se originan en lo más íntimo de la persona y, al mismo tiempo, su reconocimiento es el camino más directo para respetar esa dignidad.
Los Derechos Humanos se convirtieron en el punto de referencia de un ethos universal compartido para la mayor parte de la humanidad. Estos derechos han sido ratificados por prácticamente todos los Estados del mundo. El Concilio Vaticano II, en la Declaración Dignitatis Humanae, se refirió fuertemente al derecho a la vida y a los derechos de libertad de conciencia y religión como el centro de esos derechos que brotan de la propia naturaleza humana.
Por lo tanto entendemos por Derechos Humanos a todas aquellas exigencias fundamentales, universales, innatas e irrenunciables que tienen como sujeto al hombre, y que piden de los demás individuos que sean reconocidos, respetados y protegidos jurídicamente.
En coherencia con estas líneas de pensamiento, consideramos que. desde el primer momento de su existencia, por la misma fecundación del óvulo, el ser humano se encuentra dotado de la especial dignidad que le es propia como persona y goza de los derechos que le corresponde-
Por ello, es que la vida humana naciente debe ser protegida desde la fecundación por todo Estado que pretenda ser auténtico “Estado de Derecho”.
Desde esta óptica, desde el MPV invitamos a todos a no dejarse engañar por argumentaciones y estadísticas nunca comprobadas que respaldan las tendencias abortistas.
La muerte provocada nunca puede ser el camino de solución a nuestros problemas.
“Defendamos la vida, cuidemos la vida, apostemos siempre por la vida”.
2. Promoción de Valores
Desde el MPV advertimos que uno de los grandes flagelos modernos es la pérdida del sentido de la belleza de la vida. No se puede defender la vida si no se percibe su belleza.
La vida exige de movida una actitud fundamental de acogida y amor. La vida humana nunca es neutra. Cuando se pierde de vista el carácter de bondad inmediata de lo que existe y vive ante nuestros ojos --la belleza de las personas que nos rodean y de aquellas a las que estamos unidos por lazos de amor y de solidaridad--, se produce una banalización de la vida humana. Se pierde su carácter específico y se acaba por asimilarla a cualquier otra manifestación de vida, de cualquier ser viviente. Se deja de ver que, tras cada rostro humano, tras cada persona, hay una singularidad, una riqueza única
La dignidad es un valor y la vida humana posee un valor en si mismo que exige una conducta de respeto y no de uso ya que toda persona debe ser tratada como fin y no como medio.
Desafortunadamente en los últimos tiempos vamos viendo que se intenta difundir una forma de pensar y de actuar que no contempla la vida de cada ser humano en todas las fases de su existencia como un bien que admirar, proteger y promover, sino que en ocasiones se ve como una realidad sujeta al arbitrio y a las decisiones de otros.
Una sociedad que no respeta el valor de la vida, pierde el valor principal y fundamental, pierde la humanidad. Pierde un punto de referencia intangible que marca un límite ético, el cual posibilita una convivencia social ordenada y pacífica- El esquema de la sociedad esta fragmentado, y el camino del cambio que hoy en día recorremos hace incierto el destino de nuestra Nación.
Al perderse el valor de la vida humana, al matar o estar dispuesto a morir, ya se ha perdido absolutamente todo. La degradación moral moderna esta llegando a extremos difíciles de revertir.
Entendemos que el aumento de la delincuencia en la sociedad, y especialmente en los menores de edad, esta directamente relacionada con esta pérdida mencionada.
Estamos efectivamente en presencia de la cultura de la muerte. La muerte que se instala en la degradación máxima de las personas, al hacerle perder conciencia de sus actos, del valor de las cosas fundamentales y el desprecio por las tradiciones y principios que supieron construir nuestros antepasados.
Solo mediante un esquema de protección y fomento de los valores fundamentales de nuestra sociedad podremos ofrecerle a nuestros hijos un país mejor que el que recibimos de nuestros padres.
Este es el desafío, y en nosotros y los que vengan después de nosotros esta la esperanza sobre la que subyace ese anhelo de lo perdido, ese recuerdo de la grandeza que hemos perdido.
3. Volver a la Familia.
En concordancia con lo que venimos sosteniendo, juzgamos que actualmente la Familia es una realidad que está en constante cambio y que se encuentra en una profunda crisis. Su estructura social y cultural se esta deteriorando al igual que la vida matrimonial.
Hay una actual valoración negativa de la familia por parte de los medios de comunicación, existen problemas para compaginar trabajo y vida familiar, los casos de violencia familiar se han ido acrecentando año tras año. Los conflictos legales por motivo de la ruptura familiar son altísimos, máxime cuando hay menores de por medio.
Estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo modelo de familia, al paso de la familia tradicional a la denominada familia post-moderna. Existen nuevas formas atípicas y pseudo familiares como son: familias monoparentales, unipersonales, de hecho, familias complejas y variadas de los divorciados, las convivencias, hasta llegar a las formas manifiestamente patógenas como las uniones de homosexuales que algunos sectores de la sociedad se esfuerzan en presentar como algo normal.
Si no existe el padre o la madre, hay una familia disfuncional, en las uniones de personas con el mismo sexo, necesariamente hay un vacío de paternidad o maternidad, que trae como consecuencia, desorden y confusión, dando como resultado una desintegración que desembocará en corrupción, delincuencia, adicciones y disfunciones sociales.
No cualquier convivencia humana puede ser considerada familia, no todas poseen soberanía, no articulan la sociedad entera con efectos humanizadores, y si sociedades de convivencia son reconocidas como familia sin serlo, la identidad de la familia se diluye, se esfuma, se pierde, se pervierte, dañando de raíz a la sociedad misma ya que la familia es el núcleo, la célula de la sociedad, alcanzando una desarticulación deshumanizante
Es por esto que no se puede "redefinir" el concepto de familia, tratando de llamar "familias" a sociedades de convivencia, uniones y relaciones que existen de hecho, pero que no responden a la esencia del ser y al fundamento sano social, psicológica y éticamente en un ser humano o en una sociedad.
Por eso desde el movimiento sostenemos firmemente la idea de que es necesario volver a la concepción de “Familia tradicional” como base y futuro de la sociedad, fundada en el matrimonio, considerado este como una unión perdurable de varón y mujer.
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