lunes, 8 de noviembre de 2010

El futuro empieza desde el más pequeño

Decidí hacer una pausa en mi vida tan acelerada por la escuela, el trabajo, el voluntariado y la proyección sobre mi vida futura, la carrera que quiero seguir, y la universidad a la que voy a ir. Decidí a pensar en mi papel como joven en la sociedad, el impacto que tiene el pensamiento de mi generación en el futuro de nuestro país, porque al fin y al cabo eso es lo que es la juventud, somos el futuro. Dejé de lado a mi persona para pensar en el otro, para ser solidario, dándome cuenta que no era tan fácil viviendo en una sociedad individualista. Siempre pensamos en lo que nosotros queremos antes que en los demás, y ese egoísmo no es bueno para la búsqueda del bien común. Si queremos mejorar al país tenemos que dejar de lado el YO y abrazar el NOSOTROS.
Pensando en el futuro me di cuenta lo importante que es la sangre nueva que nace en el seno materno, sangre pura que no tenemos que manchar con la muerte, tanto de pensamiento como de acción. Pero cómo hacer para que esos niños concebidos no sufran, si hay quienes los asesinan cada día sólo por un gesto careciente de humildad, si hay quienes cometen un arrebato directo a lo natural, el aborto. No hay razones para quitar una vida ajena. No existen justificaciones para destruir el futuro. No se puede matar porque esa personita atenta contra el “confort” de alguien.
¿Cuántas veces he escuchado el verso de que peligra la salud de una mujer por causa de que hay un niño en su vientre y por eso la mejor opción es el aborto? Muchas, sin duda. Pero lo que reina en ese pensamiento es la ignorancia y el insulto a la vida ya creada desde que el óvulo se fecundó. Además, está probado que un aborto es más peligroso que un embarazo. Eso tiene una explicación simple, lo natural siempre es más puro, sano y sagrado, en cambio lo antinatural no, es sólo aberración. No se puede dar como justificación la salud si eso conlleva a la muerte de un humano, es ilógico.
Como futuro de mi país digo con firmeza que dejemos alguna vez el egoísmo de lado y trabajemos juntos. Pensemos en esos niños diminutos, que siguen siendo personas sin importar su tamaño, que son asesinados sin piedad. Pensemos en el futuro y no destruyamos a la sociedad, que ya bastante dañada está. Reflexionemos y veamos que no existe sociedad sin familia, y no hay familia sin descendencia. La concepción de un ser humano es lo que da vida al mundo, y es lo que nunca debemos profanar.
Construyamos una patria de familia, porque varón y mujer dan vida, en cambio la muerte solo nos traerá desolación.


Juan Pablo Nora
Youth Ambassador 2010
DNI: 36.766.545
Mendoza-Argentina

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