Quiero en nombre del movimiento que presido darles una cordial bienvenida a todos, y agradecerles por su asistencia.
Quisiera antes de comenzar con la introducción agradecer a todos los que colaboraron activamente en la realización de estas conferencias sobre el derecho a la vida. Quiero agradecer particularmente a todos los miembros del movimiento que ha puesto su corazón, su tiempo y sus capacidades varias en la organización de esta conferencia que nos convoca. Ha sido sinceramente un placer y una inyección anímica permanente el compartir estos días con este grupo excelente de personas. Quiero asimismo felicitarlos por la excelente labor realizada.
Concluidos los agradecimientos doy por inaugurada la conferencia y procedo a la introducción.
¿Porque derecho a la vida?
Hemos dado en llamar a estas charlas conferencias sobre el derecho a la vida, porque ante todo lo que hoy nos convoca es la avanzada legislativa de los proyectos abortistas en la agenda del congreso de la nación. Desde este lugar que me toca ocupar, hoy quiero hacerles llegar a todos los asistentes y disertantes mis reflexiones sobre el tema.
Como sabrán el tema del derecho a la vida, o como bien dice Massini, el derecho a la inviolabilidad de la vida, esta en discusión. Algo que la humanidad debería haber aprendido de su historia a esta altura, como es el tema de los derechos humanos, sigue siendo materia de debate y aquí hablamos del principal de los derechos humanos, que es el derecho a la vida. Nos costo guerras mundiales con millares de muertos, y actos de terrorismo de estado brutales aprender a valorar la vida humana y su potencialidad, es una lección que repito, deberíamos haber aprendido.
Hoy se discute quien tiene derecho a la vida y porque. Hoy nos ocupamos en estas charlas sobre el aborto, y quiero hacerles una reflección.
¿Tienen nuestros legisladores derecho a definir quien tiene derecho a vivir o a morir? Siguiendo a Pedro Serna en su libro “El Derecho a la Vida” me permito hacer mías sus palabras cuando argumenta que no hay acto mas fuerte de disposición sobre un ser humano que establecer si lo es o no.
La inviolabilidad de la vida humana que pretendemos defender se centra contrariamente en la exigencia de no disposición y de respeto por sobre todo al valor vida.
Esto significa que la dignidad de la vida humana no puede ser susceptible de disposición o definición alguna por parte del estado. No se puede ni se debe menoscabar el valor de una vida humana basándose en lo que dice la ley, o tal o cual teoría.
Señala el profesor y filosofo del derecho John Finnis que la promulgación de las leyes tiene siempre, quiéraselo o no, carácter pedagógico en el campo moral, por lo que la sanción de las leyes positivas que autorizan atentados al derecho a la vida no pueden sino difundir una enseñanza falsa y perniciosa.
De esto se sigue que si efectivamente legalizamos el aborto, estamos en definitiva enseñando a la ciudadanía que atentar contra la vida es de hecho algo bueno o deseable, y por el citado efecto pedagógico de la ley, de hecho estaremos alentando esta conducta en la sociedad.
Frente al derecho a la inviolabilidad de la vida, del otro lado vemos la posición de muchas mujeres que sufren en una sociedad que ha perdido la sensibilidad no solo para con ellas y la situación que viven, sino también para sus hijos y sus familias. ¿Estamos capacitados para encontrar las soluciones a las problemáticas que giran en torno a la realidad de los abortos? Intentaremos durante esta conferencia brindar una aproximación a estas respuestas, intentaremos adentrarnos en la problemática y analizar las causas y consecuencias.
¿Por qué llegamos al aborto?
Hace poco una muy querida amiga me contó que ella se había realizado un aborto a una muy temprana edad, ella tenía entonces 17 años. ¿Como llego hasta esta decisión?. Bueno, hubo varios factores, uno de ellos fue la presión de su familia, católica por cierto. Otro fue la falta total de responsabilidad de su pareja, que se negó a hacerse cargo. Esto motivo la ruptura de la pareja, y hoy mi amiga, pasados ya 10 largos años siente todavía culpa por este aborto. Ella hoy tiene 1 hijo de 3 años, y esta casada.
¿Que quiero graficar con este ejemplo? Que estamos ante situaciones dolorosísimas, con una alta carga emocional, y que muchas veces el aborto es una respuesta ante la desesperación y la falta de tacto de la sociedad y las familias, y de la falta de perspectivas para las mujeres. Por una cuestión de tacto evito dar nombres, ya que es difícil a veces hablar de estas cuestiones a la luz de una conferencia. Pero valgan los ejemplos para ubicarnos en la realidad de la problemática y en su raíz.
Otro amigo mío tuvo una experiencia similar. Solo que esta vez su mujer decidió en ese entonces abortar, ya que tenían 2 hijos y ella estaba estudiando una maestría, y no tenia tiempo para otro hijo. Mi amigo no estuvo de acuerdo, y esto llevo a la separación de hecho de la pareja durante 6 meses. Hoy volvieron a reconstruir su matrimonio, y felizmente fue algo que los fortaleció, y de un mal supieron encontrar el camino para un bien. Gracias a la decisión y valentía de mi amigo, el aborto no llego a producirse, y hoy esa decisión se llama Julián, y vive feliz y contento junto con sus dos hermanos, y hoy tiene 2 años.
Las causas que llevan a tomar la decisión de interrumpir un embarazo son variadas, y todas ellas atendibles, ahora, ¿las hace justificables? ¿Que decir ante una mujer que ha sido violada?, ¿Cómo pedirle que cargue en su vientre con un hijo que no busco y que es fruto de un crimen? Creo que como siempre en la historia de la humanidad, la única respuesta posible es el amor. Porque asimismo pregunto, ¿que culpa tiene ese ser total y absolutamente inocente?
Me pregunto estas cosas, y los muevo a la reflección sobre la complejidad de la problemática del drama humano que estamos discutiendo y que nos convoca.
Es mi opinión que llegamos ante la desesperación del aborto porque todo en nuestra sociedad ha fallado. Ha fallado en primer lugar la escala de valores de nuestra sociedad, que hoy ve a los hijos como un estorbo o una carga, y que se insensibiliza cada vez mas sobre la situación que se vive.
Se parte de no considerar que la vida comienza desde la concepción, y les pregunto a todos aquellos hombres y mujeres que si tienen hijos, ¿recuerdan su primera ecografía? ¿dirían que eso que latía y se movía en el vientre era solo una prolongación de la mujer? ¿Qué sintieron cuando escucharon los latidos del corazón de ese ser humano? Algo en que pensar evidentemente…
Los maltratos y abusos hacia las mujeres se han multiplicado, las violaciones aumentan, y nuestra justicia parece mas interesada en buscar los vericuetos legales para liberar lo mas rápidamente posible a los delincuentes que en brindar condiciones de paz y concordia para los ciudadanos.
Ha fallado la familia, que muchas veces deja sin soporte y sustento a esta mujer, dejada en soledad con la tremenda responsabilidad de una vida sobre sus espaldas. Familia que muchas veces presiona sobre la decisión de las futuras madres sembrando temores y dudas sobre lo incierto del futuro. Vemos con preocupación la ausencia de los padres en los hogares, que presionados por los devenires económicos de sobrevivir en la Argentina, se ven forzados a trabajar ambos en horarios extenuantes, dejando sus hogares y sus hijos solos y desatendidos.
Fallo la responsabilidad ante el accionar propio, ya que hacerse cargo de los actos de cada uno es lo que nos hace libres y nos posibilita crecer como seres humanos. ¿Donde esta la responsabilidad por los propios actos de los hombres que dejan solas a sus mujeres o que las presionan para realizar un aborto? ¿Dónde esta la responsabilidad de las mujeres que al quedar embarazadas deciden sin mas practicarse un aborto, a veces a espaldas de sus parejas?
Me pregunto si a este pretendido derecho de la mujer podríamos oponer el derecho del hombre a impedir un aborto en caso de que se legalice esta practica. Aparece cuando menos como justo que el hombre que colabora en la procreación y en el sostenimiento de los hijos y del hogar tenga algo que decir sobre la disposición de este furo de ambos.
Falla la propia autonomía de la mujer, que angustiada y presionada cede ante una sociedad que ve a los hijos como una carga, perdiendo la batalla por la vida y por el amor.
La sociedad contempla como necesarias políticas de control de población basadas en una pobreza recreada por los poderes políticos y económicos que manejan a nuestro querido país, siendo que esencialmente somos un país despoblado, y que año a año recibimos inmigración desde países limítrofes, mientras nuestras familias limitan el numero de hijos que tienen sistemáticamente.
Falla el estado Argentino, que no solamente no brinda la educación necesaria, sino que no cuenta con una política pública coherente, interdisciplinaria y sistemática para paliar estas situación de alto impacto en la sociedad y en las familias. Vemos el fracaso de la política en la ausencia total por parte del estado en brindar las más básicas condiciones de salud, seguridad y justicia para estas mujeres en condición de extrema vulnerabilidad.
Hoy en día con los métodos anticonceptivos que existen es virtualmente imposible para una pareja tener un hijo no deseado. Se destinan millones de pesos en presupuesto a las politicas de salud reproductiva, y sin embargo seguimos hablando del aborto como un método anticonceptivo, al fallar o bien los anticonceptivos, o bien la educación básica que se requiere para utilizar estos métodos.
Entendemos como un fracaso de la educación y de la sociedad el tener que llegar a los extremos de justificar la decisión de abortar, y entendemos que es la manifestación absoluta de la impotencia de nuestra sociedad el recurrir a métodos tan drasticos.
Hoy todos los argentinos soportamos la carga impositiva mas alta de la historia de este país, y venimos de años de crecimiento económico prolongado y sostenido. Sin embargo, y a pesar que saludamos con agrado las políticas como el subsidio a la niñez, que es sin duda un gran avance, cuestionamos la distribución de los recursos.
Es el estado argentino el garante final de la vida humana, corresponde a nuestros gobernantes en sus tres poderes el implementar las políticas y las leyes que hagan que estos dramas dejen de ser lo común, y se transformen en la excepción. Necesitamos en este país una familia argentina fuerte, enraizada en nuestras tradiciones y valores, y necesitamos que el estado tome como política de estado la protección de las familias argentinas y la protección de la vida humana en todas sus formas y en todos sus estadíos.
No podemos hablar de aborto sin referirnos a los dramas de la sociedad, no podemos entender el problema si no vemos el vacío que lo antecede y la desolación que causa. No podemos dejar de hacer mención a los problemas que causan estos métodos para interrumpir el embarazo y en los daños que produce en las mujeres someterse a estas prácticas como si fueran antisépticas y libres de consecuencias.
Les enumero algunas de las consecuencias: Infecciones, hemorragias, esterilidad, perforaciones y desgarros uterinos, embolias pulmonares, cáncer de útero, síndrome post aborto, suicidios, culpa, ansiedad, insomnio, frigidez, etc.
Hoy tenemos el agrado de contar con una extensa lista de disertantes que cuentan con la experiencia y los conocimientos para enriquecernos y razonar sobre esta problemática, y sobre las posibles soluciones que intentaremos plantear. Así que invito a todos a prepararnos para buscar en nosotros las mejores soluciones, entendiendo que pase lo que pase con la legislación, es nuestra responsabilidad como Argentinos y como hombres y mujeres de buena voluntad el buscar los caminos de la paz y de la prosperidad para todos los habitantes de este hermoso país.
Un día, hace mucho tiempo, la Argentina fue tierra de esperanza y riqueza, primus inter pares en Latinoamérica. Quizá debamos volver nuestras miradas hacia el pasado para encontrar las respuestas del presente, y poder proyectar el futuro, y volver a apostar por lo que hizo grande a este país, la educación, la vida y la familia.
Muchas gracias a todos.